sábado, 16 de junio de 2007

¡¡Vete a la Porra!!

¿Cuántas veces habremos mandado a la porra a alguien? Ahí, con la boca inflada de aire... "¡¡Vete a la porraaa!!", y te quedas tan a gusto... Te sientes satisfech@, pero claro... ¿dónde está la porra? ¿Hacia dónde queda?... ¿al fondo a la derecha como en las películas?... ¡Pues no!

Resulta que la "porra" era, en el antiguo lenguaje militar (desconozco si lo es en el presente), un bastón largo, con empuñadura de plata, que llevaba el encargado de tocar el tambor mayor, sí, como Manolo el del bombo... ¿ya te vas haciendo a la idea?

Cuando la tropa acampaba, este bastón o porra se clavaba en un lugar alejado del campamento y señalaba el sitio donde iban los soldados en caso de ser arrestados por sus superiores.

De ahí vino la expresión "Vete a la porra". Aunque con el paso del tiempo se inventaron (vaya invento, seguro que mis padres están documentados en este aspecto) otras formas de castigar a los soldados, la expresión ha permanecido hasta nuestros días.

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